miércoles, 1 de agosto de 2007

REFLEXIONES DE FIDEL

La llama eterna
Esta es una reflexión política. Para decirlo más exactamente: es otra proclama. Hoy se cumple un año exacto de la primera, el 31 de julio del 2006. Pero el año transcurrido vale por 10 en cuanto a la posibilidad de vivir una experiencia única que me aportó información y conocimientos sobre cuestiones vitales para la humanidad, que he transmitido con toda honradez al pueblo de Cuba.
Ahora me acosan con preguntas sobre el momento en que volveré a ocupar lo que algunos llaman el poder, como si tal poder fuera posible sin independencia. Hay un poder real y destructivo en el mundo, emanado de un imperio decadente que a todos amenaza.
El propio Raúl se ha encargado de responder que cada decisión importante a medida que me iba recuperando era consultada conmigo. ¿Qué haré? Luchar sin descanso como lo hice toda la vida. Al cumplirse un aniversario de la Proclama, comparto con el pueblo la satisfacción de observar que lo prometido se ajusta a la inconmovible realidad: Raúl, el Partido, el Gobierno, la Asamblea Nacional, la Juventud Comunista y las organizaciones de masas y sociales, encabezadas por los trabajadores, marchan adelante guiados por el principio inviolable de la unidad.
Con la misma convicción, seguimos batallando sin tregua por liberar de cruel y despiadada prisión a los Cinco Héroes que brindaban información sobre los planes terroristas anticubanos de Estados Unidos.
La lucha debe ser implacable, contra nuestras propias deficiencias y contra el enemigo insolente que intenta apoderarse de Cuba.
Este punto me obliga a insistir en algo que no puede ser jamás olvidado por los dirigentes de la Revolución: es deber sagrado reforzar sin tregua nuestra capacidad y preparación defensiva, preservando el principio de cobrar a los invasores en cualquier circunstancia un precio impagable.
Nadie se haga la menor ilusión de que el imperio, que lleva en sí los genes de su propia destrucción, negociará con Cuba. Por mucho que le digamos al pueblo de Estados Unidos que nuestra lucha no es contra él —algo muy correcto—, este no está en condiciones de frenar el espíritu apocalíptico de su gobierno ni la turbia y maniática idea de lo que llaman "una Cuba democrática", como si aquí cada dirigente se postulara y eligiera a sí mismo, sin pasar por el riguroso tamiz de la abrumadora mayoría de un pueblo educado y culto que lo apoye.
En reflexión anterior mencioné nombres históricos: Martí, Maceo, Agramonte, Céspedes. Para el recuerdo permanente de la interminable lista de caídos en combate, o de los que lucharon y se sacrificaron por la Patria, Raúl encendió una llama que arderá eternamente, al cumplirse 50 años de la caída de Frank País, el joven héroe de 22 años cuyo ejemplo nos conmovió a todos. La vida sin ideas de nada vale. No hay felicidad mayor que la de luchar por ellas.

miércoles, 18 de julio de 2007

REFLEXIONES DE FIDEL

Algo mencioné sobre el tema y cité un ejemplo en mi última reflexión, "Bush, la Salud y la Educación", que dediqué a los niños. En esta, dirigida a la primera graduación de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), abordaré un poco más a fondo el espinoso asunto.
Ellos fueron los pioneros, de los que tanto aprendí sobre la inteligencia y los valores de nuestros jóvenes cuando se cultivan con esmero. Mucho aprendí también del excelente cuerpo de profesores, gran parte de los cuales estudió en la Ciudad Universitaria "José Antonio Echeverría" (CUJAE).
No puedo olvidar tampoco el ejemplo de los trabajadores sociales, que con su capacidad de organización y espíritu de sacrificio enriquecieron mis conocimientos y mi experiencia, ni los miles de educadores graduados hace poco, que cumplimentaron el propósito de elevar a un profesor por cada 15 alumnos el séptimo, octavo y noveno grados de la Secundaria Básica. Todos iniciaron sus estudios universitarios casi simultáneamente, al calor de las ideas que nacieron y se aplicaron en la batalla por la devolución a su familia y a su patria de un niño de 6 años de edad secuestrado, por el cual estábamos dispuestos a darlo todo.
Dentro de dos días la UCI graduará 1 334 ingenieros en Ciencias Informáticas de todo el país, que ganaron la beca por su conducta ejemplar y sus conocimientos. De ellos, 1 134 han sido distribuidos en los ministerios que prestan importantes servicios a nuestro pueblo y en los organismos que manejan recursos económicos fundamentales. Quedó una reserva centralizada de 200 jóvenes bien escogidos, que crecerá año tras año. Su destino será múltiple. Esta reserva la forman graduados de todas las provincias del país y se alojarán en la propia UCI. El 56 por ciento son muchachos y el 44 por ciento muchachas.
La UCI abre sus puertas a jóvenes de los 169 municipios de Cuba. No sustenta sus bases en el modelo de exclusión y competencia entre los seres humanos que preconizan los países capitalistas desarrollados.
La realidad del mundo parece haber sido diseñada para sembrar el egoísmo, el individualismo y la deshumanización del hombre.
Un despacho de la agencia Reuters publicado el 3 de mayo del 2006, titulado "La fuga de cerebros africanos deja al continente sin personal calificado y obstaculiza su desarrollo", afirma que en África "se estima que 20 000 profesionales emigran cada año hacia Occidente", dejando al continente "sin los doctores, enfermeros, maestros e ingenieros que necesita para romper un ciclo de pobreza y subdesarrollo".
Reuters añade: "La Organización Mundial de la Salud afirma que el África subsahariana carga con el 24 por ciento del peso mundial de enfermedades, incluyendo el SIDA, la malaria y la tuberculosis. Para hacerle frente a ese desafío solo cuenta con el 3 por ciento de los trabajadores calificados del mundo."
En Malawi, "solo el 5 por ciento de los puestos para médicos y el 65 por ciento de las vacantes para enfermeras están cubiertas. En ese país de 10 millones de habitantes un doctor atiende a 50 000 personas".
La agencia, citando textualmente un informe del Banco Mundial, expresa: "Estancada por los conflictos internos, la pobreza y las enfermedades, muchas de ellas curables pero sin ninguna asistencia médica, gran parte de África no está en condiciones de competir con los países ricos que prometen mejores salarios, mejores condiciones laborales y estabilidad política".
"La fuga de cerebros es un golpe por partida doble para las economías débiles que no solo pierden sus mejores recursos humanos y el dinero en su capacitación, sino que después deben pagar aproximadamente 5 600 millones de dólares al año para emplear a los expatriados."
La frase "fuga de cerebros" fue acuñada en los años 60, cuando Estados Unidos acaparó a los médicos del Reino Unido. En aquel caso el despojo tuvo lugar entre dos países desarrollados, uno que emergió de la segunda guerra mundial en el año 1944 con el 80 por ciento del oro en barras y el otro golpeado fuertemente y despojado de su imperio en aquella guerra.
Un informe del Banco Mundial titulado "Migración internacional, remesas y la fuga de cerebros ", que se dio a conocer en octubre de 2005, arrojó los siguientes resultados:
En los últimos 40 años, más de 1 200 000 profesionales de la región de América Latina y el Caribe emigraron hacia Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. De Latinoamérica han emigrado como promedio más de 70 científicos por día, durante 40 años.
De los 150 millones de personas que en el mundo participan en actividades científicas y tecnológicas, el 90 por ciento se concentran en los países de las siete naciones más industrializadas.
Varios países, sobre todo los pequeños de África, el Caribe y América Central, han perdido a través de la migración más del 30 por ciento de su población con educación superior.
El Caribe insular, donde el idioma de casi todos los países es el inglés, posee la fuga de cerebros más alta del mundo. En algunos de ellos, 8 de cada 10 egresados universitarios se han ido de sus naciones.
Más del 70 por ciento de los programadores de software de la compañía estadounidense Microsoft Corporation proceden de la India y América Latina.
Mención especial merecen los intensos movimientos migratorios que se originaron, a partir de la desaparición del campo socialista, de Europa del Este y la Unión Soviética hacia Europa Occidental y América del Norte.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que el número de los científicos e ingenieros que abandonan sus países de origen hacia naciones industrializadas equivale a cerca de un tercio del número de los que se quedan en sus países de origen, lo cual provoca una merma importante del capital humano indispensable.
El análisis de la OIT sostiene que la migración de estudiantes es un fenómeno precursor de la fuga de cerebros. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) afirmó que a principios del actual milenio poco más de "1,5 millones de estudiantes extranjeros cursaban estudios superiores en los estados miembros, y que de ellos más de la mitad eran procedentes de países ajenos a la OCDE. De ese total casi medio millón estaba en Estados Unidos, un cuarto de millón estaba en el Reino Unido y alrededor de 200 mil en Alemania". Entre 1960 y 1990, Estados Unidos y Canadá aceptaron más de un millón de inmigrantes profesionales y técnicos de países del Tercer Mundo.
Las cifras apenas esbozan la tragedia.
En los últimos años la promoción de esta emigración se ha convertido en una política oficial de Estado en varios países del Norte, con incentivos y procedimientos especialmente diseñados para ese fin:
El "Acta para la Competitividad Americana en el Siglo 21" —aprobada por el Congreso de Estados Unidos en el 2000— incrementó las visas para trabajo temporal, conocidas como H-1B, de 65 mil a 115 mil en el año fiscal 2000, y después hasta 195 mil para los años 2001, 2002 y 2003. El objetivo de este incremento fue promover el ingreso a Estados Unidos de inmigrantes altamente calificados que pudieran cubrir puestos en el sector de la alta tecnología. Aunque esta cifra se redujo a 65 mil en el año fiscal 2005, el río de profesionales hacia ese país se ha mantenido inalterable.
Medidas similares fueron promulgadas por el Reino Unido, Alemania, Canadá y Australia. Este último país desde 1990 priorizó la inmigración de trabajadores altamente calificados, fundamentalmente en sectores como la banca, los seguros y la llamada economía del conocimiento.
En casi todos el criterio de selección está basado en la alta calificación, idioma, edad, experiencia de trabajo y resultados profesionales. El programa del Reino Unido otorga puntos extras para los médicos.
Ese continuo saqueo de cerebros en los países del Sur desarticula y debilita los programas de formación de capital humano, un recurso necesario para salir a flote del subdesarrollo. No se trata solo de las transferencias de capitales, sino de la importación de la materia gris, cortando de raíz la inteligencia y el futuro de los pueblos.
Entre 1959 y el 2004 se graduaron en Cuba 805 903 profesionales, incluyendo médicos. La injusta política de Estados Unidos contra nuestro país nos ha privado del 5,16 por ciento de los profesionales graduados por la Revolución.
Sin embargo, ni siquiera para la élite de trabajadores inmigrantes las condiciones de empleo y de salario son iguales a las de los nacionales norteamericanos. A fin de evitar el complicado papeleo que impone la legislación laboral y los costos del trámite de inmigración, en Estados Unidos se ha llegado al colmo de crear un barco-factoría de software que mantiene a esclavos altamente calificados varados en aguas internacionales, en una variante de maquila para la producción de toda suerte de aparatos digitales. El proyecto SeaCode consiste en mantener un barco anclado a más de tres millas de la costa de California (aguas internacionales) con 600 informáticos de la India a bordo, que trabajan 12 horas diarias sin parar durante cuatro meses en el mar.
Las tendencias a la privatización del conocimiento y a la internalización de la investigación científica en empresas subordinadas al gran capital ha ido creando una especie de "Apartheid científico" para la gran mayoría de la humanidad.
El grupo Estados Unidos, Japón y Alemania tiene un por ciento de la población mundial similar al de América Latina, pero la inversión en investigación desarrollo es de 52,9 por ciento frente a 1,3 por ciento. La brecha económica de hoy anticipa hasta dónde puede llegar la de mañana, si estas tendencias no son revertidas.
Semejante futuro está instalado ya entre nosotros. La llamada nueva economía mueve enormes flujos de capital cada año. Según un reporte de Digital Planet 2006, de la Alianza Mundial de la Tecnología de la Información y los Servicios (WITSA), el mercado global para las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) alcanzó tres millones de millones de dólares norteamericanos en el año 2006.
Cada vez hay más personas conectadas a la Internet —el 9 de julio del 2007 alcanzaba casi los 1 400 millones de usuarios—, sin embargo, en buena parte de los países, incluidos muchos desarrollados, los ciudadanos que no tienen acceso a ese servicio siguen siendo mayoría. La brecha digital se traduce en diferencias dramáticas donde una parte de la humanidad, afortunada y comunicada, dispone de más información que la que nunca tuvo generación alguna. Para que se tenga una idea de lo que eso significa, basta comparar apenas dos realidades: mientras en Estados Unidos accede a la Red algo más del 70 por ciento de la población, en toda África lo hace apenas el 3 por ciento. Los proveedores de servicios de Internet se encuentran en países de altos ingresos, donde vive sólo el 16 por ciento de la población mundial.
Urge enfrentar la situación de indigencia en que nuestro grupo de países se encuentra en este escenario de las redes globales de información, Internet y todos los medios modernos de transmisión de información e imágenes. No puede llamarse ni medianamente humana una sociedad donde los seres humanos sobren por millones y constituya una práctica el robo de cerebros de los países del Sur, y se perpetúa el poder económico y el disfrute de las nuevas tecnologías en unas pocas manos. Resolver este dilema es tan trascendente para el destino de la humanidad como enfrentar la crisis del cambio climático en el planeta, problemas que están absolutamente interrelacionados.
A modo de conclusión les añado:
Quien tenga una computadora dispone de todos los conocimientos publicados. La privilegiada memoria de la máquina le pertenece también a él.
Las ideas nacen de los conocimientos y de los valores éticos. Una parte importante del problema estaría resuelta tecnológicamente, la otra hay que cultivarla sin descanso o de lo contrario se impondrán los instintos más primarios.
La tarea que los graduados de la UCI tienen por delante es grandiosa. Espero que la cumplan, y la cumplirán.
Fidel Castro Ruz
17 de julio del 2007
11:05 a.m.
Tomado de Granma

domingo, 15 de julio de 2007

Reflexiones del Comandante en Jefe Fidel Castro

Bush, la salud y la educación.
No me referiré a la salud y la educación de Bush, sino a la de sus vecinos. El acto no fue improvisado. La agencia AP cuenta cómo inició sus palabras: "Tenemos corazones grandes en este país", dijo en español ante unos 250 representantes de grupos privados y religiosos, fundaciones y ONGs que vinieron a Washington con los gastos pagados por su gobierno. De ellos, unos 100 procedían de Estados Unidos.

"La reunión, llamada Conferencia de la Casa Blanca sobre las Américas, es parte de las ideas que Bush delineó al empezar una gira por cinco países latinoamericanos a comienzos de marzo sobre lo que su gobierno esperaba hacer por la región en el poco tiempo que le queda en el cargo."

"Bush convocó la conferencia para hablar de diversos temas, especialmente educación y salud.

’Es importante para nosotros tener un vecindario saludable y educado’, dijo en declaraciones improvisadas durante una charla con seis de los asistentes, de Guatemala, Estados Unidos, Brasil, Haití y México, que compartieron su mesa a manera de coloquio", añade la agencia. Afirmó cosas increíbles, como "el trabajo arduo que estamos realizando en el vecindario".

Hablaron Bush, el Secretario del Tesoro, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental y la Subsecretaria de Estado para Asuntos Públicos. Junto a ellos, presidieron los grupos de trabajo en los cuales se basó la reunión, varios miembros del gabinete. Hablaron todos hasta por los codos.

Mencionaron que Bush ha creado en Panamá un centro que capacitó a más de 100 doctores de seis países centroamericanos. Se refirieron con gran énfasis al Comfort, "uno de los mayores barcos-hospitales del mundo, que acababa de tocar puerto en Panamá, luego de haber visitado Guatemala."

"Bush dedicó 55 minutos de su tiempo a esta actividad, que tuvo su sede en un hotel de la ciudad de Arlington, Virginia, en las afueras de Washington."

Ni corta ni perezosa, Condoleezza, Secretaria de Estado, se sumó al coro para hablar de Cuba.

Según otra agencia de noticias, cuando nuestro Consejo de Estado, en cumplimiento de normas constitucionales, acababa de convocar a elecciones, ella declaró que: "Estados Unidos espera que los propios cubanos decidan sobre su futuro", y añadió: "Washington no tolerará la transición de un dictador a otro".

En su discurso inicial, Bush afirmó conceptos realmente insólitos en el jefe de un imperio global planetario, bien consciente de su poder y de su papel personal, recogidos en detalle por la agencia española de prensa EFE: "El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, instó hoy a los gobiernos de América Latina a ser honestos, transparentes y abiertos." [...] "El mandatario afirmó que unas sociedades abiertas y transparentes son las que llevan a un futuro esperanzador."

"Esperamos que los gobiernos sean honestos y transparentes. Rechazamos la noción de que esté bien que haya corrupción en el seno de un gobierno..."

"Nos beneficia ayudar a un vecino que lo necesite. Renueva nuestra alma y eleva nuestro espíritu colectivo. Creo que a quien mucho se le da, mucho se le exige, y a nosotros como país se nos ha dado mucho, por lo que creo que estamos obligados a ayudar a la gente", insistió.

Bush está consciente de que miente y que sus embustes son difíciles de tragar, pero no le importa. Confía en que, si se repite mil veces, muchos terminarán creyéndole. ¿Por qué tanto rejuego? ¿Qué lo mortifica esencialmente? ¿Desde cuándo surgió el corre-corre?

Bush descubre que el sistema económico y político de su imperio no puede competir en servicios vitales, como la salud y la educación, con la Cuba agredida y bloqueada durante casi 50 años. Todo el mundo conoce que la especialidad de Estados Unidos en materia de educación es el robo de cerebros. La Organización Internacional del Trabajo señala que "el 47 por ciento de las personas nacidas en el extranjero que completan un Doctorado en Estados Unidos se quedan en ese país".

Otro ejemplo de saqueo: "Hay más galenos etíopes en Chicago que en toda Etiopía".

En Cuba, donde la salud no es mercancía, se pueden hacer cosas que Bush no es capaz de imaginar.

Los países del Tercer Mundo no disponen de recursos para crear centros de investigación científica, y Cuba, en cambio, los ha creado a pesar de que sus propios profesionales eran muchas veces exhortados y estimulados a desertar.

Nuestro método de alfabetización "Yo Sí Puedo" está hoy gratuitamente al servicio de todos los países latinoamericanos, a los cuales, si desean aplicar el programa, se les apoya en la adaptación a sus características propias con la producción de los materiales impresos y de video correspondientes.

Países como Bolivia lo aplican en castellano, quechua y aymara. Solamente los que allí aprendieron a leer y a escribir en apenas un año son más que los alfabetizados por el imperio en toda América Latina, si es que hay alguno. No hablo de otros países como Venezuela, que realizó verdaderas proezas educacionales en brevísimo tiempo.

"Yo Sí Puedo" beneficia a otras sociedades fuera del hemisferio occidental. Baste señalar que en Nueva Zelanda lo utilizan para alfabetizar a la población maorí.

En vez de un centro de entrenamiento para profesionales médicos en América Central, por donde han pasado alrededor de 100 —lo cual nos alegra—, nuestro país cuenta hoy con decenas de miles de becarios de América Latina y el Caribe que durante seis años se forman gratuitamente como médicos en Cuba. No se excluyen, desde luego, jóvenes norteamericanos, los cuales toman muy en serio sus estudios.

Cooperamos con Venezuela en la formación de más de 20 000 jóvenes, que estudian Medicina y asisten a las consultas en los barrios pobres, atendidos por especialistas cubanos para familiarizarse con su futura y dura tarea.

El Comfort, con más de 800 personas a bordo entre personal médico y tripulación, no podrá atender gran número de ciudadanos. Es imposible realizar programas médicos por episodios. La rehabilitación, por ejemplo, en muchos casos necesita meses de trabajo. Los servicios que presta Cuba a su pueblo en un policlínico u hospital habilitado son permanentes, y los pacientes pueden ser atendidos a cualquier hora del día o de la noche. Hemos formado los rehabilitadores necesarios.

Las operaciones de la vista requieren igualmente de especial habilidad. En nuestro país los centros oftalmológicos operan de la vista más de 50 000 cubanos cada año y atienden 27 tipos de enfermedades. No existe lista de espera en el transplante de córnea, que requiere especial organización. Hágase una pesquisa activa en Estados Unidos y se podrá ver cuántas personas necesitan realmente ser operadas entre los habitantes del país, que al no ser nunca examinados por un oftalmólogo atribuían sus limitaciones a otras causas y corren el riesgo de quedar ciegos o seriamente afectados de la vista. Comprobarán que son millones de personas.

No incluyo en la cifra mencionada a cientos de miles de latinoamericanos y caribeños que son operados una parte en Cuba, y la mayor parte en sus respectivos países, por oftalmólogos cubanos. Solamente en Bolivia suman más de 100 000 por año. En este caso participan, con nuestros especialistas, médicos bolivianos formados en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

Vamos a ver cómo el Comfort se las arregla en Haití, prestando servicios de salud durante una semana, donde en 123 comunas, de 134 en total con que cuenta el país, hay médicos cubanos con graduados de la ELAM o estudiantes haitianos del último curso de su carrera, para combatir el SIDA y otras enfermedades tropicales.

El problema es que Estados Unidos no puede hacer lo que hace Cuba. En cambio, presiona brutalmente a firmas productoras de excelentes equipos médicos suministrados a nuestro país, para impedir que repongan determinados programas computarizados o alguna pieza de repuesto que tienen patentes de Estados Unidos. Puedo citar casos concretos y el nombre de las firmas. Es repugnante, aunque tenemos soluciones que nos hacen más invulnerables en este terreno.

Hace menos de 6 meses Bush no había inventado todavía la idea de universalizar la producción de combustible a partir de alimentos dentro y fuera de Estados Unidos. Los que conocen el valor de las grasas y alimentos proteicos en la alimentación humana saben las consecuencias que tiene para embarazadas, niños, adolescentes, adultos y ancianos la carencia de estos. El peso de su escasez recaerá en los países menos desarrollados, es decir, en la mayor parte de la humanidad. No será sorpresa para nadie la elevación de los precios de los alimentos básicos y la inestabilidad social que traerá consigo. Ayer viernes 13, el petróleo subió a 79,18 dólares el barril. Otra consecuencia de la danza de los papeles y la guerra de Iraq.

Hace sólo 48 horas el Secretario de Seguridad de Estados Unidos, Michael Chertoff, declaró que "tenía la sensación visceral de que podría ocurrir un atentado en la temporada estival" de ese país. Algo similar expresó la Secretaria de Estado y posteriormente el propio Presidente de Estados Unidos. Pero a la vez que informaban de los riesgos potenciales, hacían el mayor esfuerzo posible por tranquilizar a la opinión pública.

El gobierno de Estados Unidos todo lo ve y todo lo escucha, con o sin autorización legal. Dispone además de numerosos órganos de inteligencia y contrainteligencia con cuantiosos medios económicos destinados al espionaje. Puede obtener la información de seguridad que necesite sin secuestrar, torturar y asesinar en cárceles secretas. Todo el mundo conoce los verdaderos propósitos económicos que se persiguen con el uso mundial de la violencia y la fuerza. Cualquier ataque contra su población lo puede evitar, salvo que prevalezca la necesidad imperial del zambombazo para proseguir y justificar la brutal guerra que ha decretado contra la cultura, la religión, la economía y la independencia de otros pueblos.

Debo concluir. Mañana domingo es el Día de los Niños. En ellos pienso cuando escribo esta reflexión. A ellos la dedico.

Fidel Castro Ruz

14 de julio del 2007 5:35 p.m.

Tomado de Juventud Rebelde

lunes, 9 de julio de 2007

Reflexiones del Comandante
La tiranía mundial Afirma Fidel que los que constituyeron la nación norteamericana no pudieron imaginar que lo que entonces proclamaban llevaba, como cualquier otra sociedad histórica, los gérmenes de su propia transformación Los fundamentos de la máquina de matar Los que constituyeron la nación norteamericana no pudieron imaginar que lo que entonces proclamaban llevaba, como cualquier otra sociedad histórica, los gérmenes de su propia transformación. En la atractiva Declaración de Independencia de 1776, que el pasado miércoles cumplió 231 años, se afirmaba algo que de una forma u otra nos cautivó a muchos: “Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales; que a todos les confiere su Creador ciertos derechos inalienables entre los cuales se cuentan la vida, la libertad y la consecución de la felicidad; que para asegurar estos derechos se instituyen entre los hombres gobiernos cuyos justos poderes derivan del consentimiento de los gobernados; que siempre que una forma de gobierno tienda a destruir esos fines, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios y organice sus poderes en la forma que a su juicio garantice mejor su seguridad y felicidad.” Era el fruto de la influencia de los mejores pensadores y filósofos de una Europa agobiada por el feudalismo, los privilegios de la aristocracia y las monarquías absolutas. Juan Jacobo Rousseau afirmó en su famoso Contrato Social: “El más fuerte no es nunca suficientemente fuerte para ser el amo, si no transforma la fuerza en derecho y la obediencia en deber.” [...] “La fuerza es un poder físico; no veo qué moralidad pueda derivarse de sus efectos. Ceder a la fuerza es un acto de necesidad, no de voluntad.” [...] “Renunciar a la libertad es renunciar a la calidad del hombre, a los derechos de la Humanidad, incluso a sus deberes. No hay recompensa posible para aquel que renuncia a todo.” En las 13 colonias independizadas existían adicionalmente formas de esclavitud tan atroces como en los tiempos antiguos. Hombres y mujeres eran vendidos en subasta pública. La emergente nación surgía con religión y cultura propias. Los impuestos sobre el té fueron la chispa que desató la rebelión. En aquellas infinitas tierras los esclavos siguieron siéndolo durante casi 100 años, y después de dos siglos sus descendientes padecen las secuelas. Había comunidades indígenas que eran los legítimos pobladores naturales, bosques, agua, lagos, rebaños de millones de bisontes, especies naturales de animales y plantas, abundantes y variados alimentos. No se conocían los hidrocarburos ni los enormes despilfarros energéticos de la sociedad actual. La misma declaración de principios, si se hubiese proclamado en los países abarcados por el desierto del Sahara, no habría creado un paraíso de inmigrantes europeos. Hoy habría que hablar de los inmigrantes de los países pobres, que por millones cruzan o tratan de cruzar las fronteras de Estados Unidos cada año en busca de trabajo y no tienen derecho ni a la paternidad de sus hijos si nacen en el territorio norteamericano. La Declaración de Filadelfia se redacta en una época en que sólo existían pequeñas imprentas y las cartas tardaban meses en llegar de un país a otro. Podían contarse uno a uno los pocos que sabían leer o escribir. Hoy la imagen, la palabra, las ideas llegan en fracciones de segundo de un rincón a otro del planeta globalizado. Se crean reflejos condicionados en las mentes. No puede hablarse del derecho al uso sino al abuso de la libre expresión y la enajenación masiva. A la vez, con un pequeño equipo electrónico cualquier persona, en época de paz, puede hacer llegar al mundo sus ideas sin que lo autorice Constitución alguna. La lucha sería de ideas, en todo caso masa de verdades contra masa de mentiras. Las verdades no necesitan publicidad comercial. Nadie podría estar en desacuerdo con la Declaración de Filadelfia y el Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau. En ambos documentos se sustenta el derecho a luchar contra la tiranía mundial establecida. ¿Podemos ignorar las guerras de saqueo y las carnicerías que se les imponen a los pueblos pobres, que constituyen las tres cuartas partes del planeta? ¡No! Son muy propias del mundo actual y de un sistema que no puede sostenerse de otra forma. A un costo político, económico y científico enorme, la especie humana es conducida al borde del abismo. Mi objetivo no es reiterar conceptos mencionados en otras reflexiones. Partiendo de hechos sencillos, mi propósito es ir demostrando el inmenso grado de hipocresía y la ausencia total de ética que caracterizan las acciones, caóticas por naturaleza, del gobierno de Estados Unidos. En “La máquina de matar”, publicada el pasado domingo, dije que el intento de envenenarme a través de un funcionario del gobierno cubano que tenía acceso a mi oficina, lo conocimos por uno de los últimos documentos desclasificados de la CIA. Era una persona sobre la que debía buscar información, pues no tenía a mano los elementos de juicio necesarios. De hecho pedía excusas si lastimaba los sentimientos de algún descendiente, fuera o no culpable la persona mencionada. Continué después analizando otros temas importantes de las revelaciones de la CIA. En los primeros tiempos de la Revolución yo visitaba casi todos los días el recién creado Instituto Nacional de la Reforma Agraria, ubicado donde se encuentra hoy el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. No se podía contar todavía con el Palacio de la Revolución, donde entonces radicaba el Palacio de Justicia. Su construcción fue un suculento negocio del régimen derrocado. La ganancia principal consistía en el incremento del valor de las tierras, de las que habían sido desalojadas miles de personas a las que yo, como abogado recién graduado, defendí gratuitamente durante meses antes del golpe de estado de Batista. Lo mismo ocurría con otras edificaciones lujosas que en muchos casos estaban por terminarse. Desde las oficinas del INRA escuché, el 4 de marzo de 1960, la estremecedora explosión de La Coubre y observé la oscura columna de humo que emergía del puerto de La Habana. Vino rápido a mi mente la idea del barco cargado de granadas antitanques y antipersonales que podían ser lanzadas por los fusiles FAL adquiridos en Bélgica, país nada sospechoso de comunismo. De inmediato bajé para dirigirme al lugar. En el trayecto, por el ruido y el vibrar del tránsito, no pude percatarme de la segunda explosión que se produjo. Más de 100 personas murieron y decenas de ellas quedaron mutiladas. Del sepelio de las víctimas nació, espontáneo, el grito de Patria o Muerte. Se conoce que todo fue minuciosamente programado desde el puerto de embarque por la Agencia Central de Inteligencia. El barco había transitado por los puertos de Le Havre, Hamburgo y Amberes. En este último, de Bélgica, se cargaron las granadas. En las explosiones murieron también varios tripulantes franceses. ¿Por qué, en nombre de la libertad de información, no se desclasifica un solo documento que nos diga cómo la CIA hace ya casi medio siglo hizo estallar el vapor La Coubre y cortar el suministro de armas belgas, que la propia agencia admitiera el 14 de junio de 1960 era una preocupación muy importante de Estados Unidos? ¿A qué dedicaba yo mi tiempo en los días febriles que precedieron al ataque por Girón? La primera limpieza en grande del Escambray tuvo lugar en los meses finales de 1960 y comienzos de 1961. En la misma participaron más de 50 mil hombres, casi todos procedentes de las antiguas provincias de La Habana y Las Villas. Un río de armas estaba llegando en barcos de la URSS que no estallaban al llegar a los puertos. Fue inútil intentar comprarlas de otra procedencia y así evitar los pretextos que Estados Unidos usó para agredir a Guatemala, lo que costó a lo largo del tiempo, entre muertos y desaparecidos, más de cien mil vidas a ese país. Adquirimos en Checoslovaquia las armas ligeras y un número de antiaéreas de 20 milímetros y doble cañón. Los tanques con cañones de 85 milímetros, artillería blindada de 100, cañones antitanques de 75, morteros, obuses y cañones de grueso calibre, hasta los de 122 milímetros, y antiaéreas ligeras y pesadas, venían directamente de la URSS. Un año por lo menos habría tardado la formación del personal necesario para utilizar aquellas armas siguiendo métodos tradicionales. Se llevó a cabo en cuestión de semanas. A esa tarea fundamental dedicábamos prácticamente el ciento por ciento de nuestro tiempo casi dos años después del triunfo de la Revolución. Conocíamos la inminencia del ataque, pero no cuándo y cómo se produciría. Todos los posibles puntos de acceso estaban defendidos o vigilados. Los jefes, en su sitio: Raúl en Oriente, Almeida en el centro y el Che en Pinar del Río. Mi puesto de mando estaba en la capital: una antigua casa burguesa adaptada para ello en la margen derecha más alta del río Almendares, próximo al punto donde desemboca al mar. Era ya de día, el 15 de abril de 1961, y desde las primeras horas de la madrugada allí estaba yo recibiendo noticias de Oriente, adonde llegó, procedente del Sur de Estados Unidos, un barco bajo el mando de Nino Díaz, con un grupo de contrarrevolucionarios a bordo vestidos de uniforme verde olivo similar al de nuestras tropas, para realizar un desembarco por la zona de Baracoa. Lo hacían como maniobra de engaño respecto al sitio exacto de la dirección principal, para crear la mayor confusión posible. El buque estaba ya a tiro directo de los cañones antitanques, en espera del desembarco, que al fin no se realizó. A la vez informaban que el 14 por la noche había estallado, en vuelo de exploración sobre la zona del posible desembarco, uno de nuestros tres cazas a chorro, de entrenamiento pero capaces de combatir, sin duda una acción yanqui desde la Base Naval de Guantánamo u otro punto del mar o del aire. No había radares para determinar con exactitud lo ocurrido. Así murió el destacado piloto revolucionario Orestes Acosta. Desde el puesto de mando mencionado me tocó ver los B-26 que volaban casi rasantes sobre el lugar y, a los pocos segundos, escuchar los primeros cohetes lanzados sorpresivamente contra nuestros jóvenes artilleros, que en gran número se entrenaban en la base aérea de Ciudad Libertad. La respuesta de aquellos valientes fue casi instantánea. No tengo, por otro lado, la menor duda de que Juan Orta fue traidor. Los datos pertinentes sobre su vida y conducta están donde deben estar: en los archivos del Departamento de Seguridad del Estado, que nació por aquellos años bajo el fuego graneado del enemigo. Los hombres de mayor conciencia política fueron asignados a esa actividad. Orta había recibido las pastillas envenenadas que propusieron Giancana y Santos Trafficante a Maheu. La conversación de este último con Roselli, que haría el papel de contacto con el crimen organizado, tuvo lugar el 14 de septiembre de 1960, meses antes de la elección y toma de posesión de Kennedy. El traidor Orta no tenía méritos especiales. Mantuve correspondencia con él cuando buscábamos el apoyo de emigrantes y exiliados en Estados Unidos. Era apreciado por su aparente preparación y su actitud servicial. Para eso tenía especial habilidad. Después del triunfo de la Revolución, en un importante período tenía con frecuencia acceso a mí. Partiendo de las posibilidades que entonces tuvo, creyeron que podía introducir el veneno en un refresco o un jugo de naranja. Había recibido dinero del crimen organizado por ayudar supuestamente a reabrir los casinos de juego. Nada tuvo que ver con esas medidas. Fuimos nosotros quienes tomamos la decisión. La orden inconsulta y no colegiada de Urrutia de cerrarlos creaba caos y promovía las protestas de miles de trabajadores del sector turístico y comercial, cuando el desempleo era muy alto. Tiempo después, los casinos fueron cerrados definitivamente por la Revolución. Cuando le entregan el veneno, al revés de lo que ocurría en los primeros tiempos, eran muy pocas las posibilidades de que Orta se encontrara conmigo. Yo estaba totalmente ocupado en las actividades relatadas anteriormente. Sin decir una palabra a nadie sobre los planes enemigos, el 13 de abril de 1961, dos días antes del ataque a nuestras bases aéreas, Orta se asiló en la embajada de Venezuela, que Rómulo Betancourt había puesto al servicio incondicional de Washington. A los numerosos contrarrevolucionarios asilados allí no se les concedió permiso de salida hasta que amainaron las brutales agresiones armadas de Estados Unidos contra Cuba. Ya habíamos tenido que lidiar en México con la traición de Rafael del Pino Siero, quien habiendo desertado cuando faltaban días para nuestra salida hacia Cuba, fecha que él ignoraba, vendió a Batista por 30 mil dólares importantes secretos que tenían que ver con una parte de las armas y la embarcación que nos transportaría a Cuba. Con refinada astucia dividió la información para ganar confianza y garantizar el cumplimiento de cada parte. Primero recibiría algunos miles de dólares por la entrega de dos depósitos de armas que conocía. Una semana después entregaría lo más importante: la embarcación que nos traería a Cuba y el punto de embarque. A todos se nos podía capturar junto con las demás armas, pero antes le debían entregar la totalidad del dinero. Algún experto yanqui seguramente lo asesoró. A pesar de esa traición, partimos de México en el yate “Granma” en la fecha prevista. Algunas personas que nos apoyaban creían que Pino jamás traicionaría, que su deserción se debía al disgusto por la disciplina y el entrenamiento que le exigí. No diré cómo supe de la operación urdida entre él y Batista, pero la conocí con precisión y adoptamos las medidas pertinentes para proteger el personal y las armas en el tránsito hacia Tuxpan, punto de partida. No costó un centavo aquella valiosa información. Cuando finalizó la última ofensiva de la tiranía en la Sierra Maestra, tuvimos que lidiar igualmente con los trucos temerarios de Evaristo Venereo, un agente del régimen que, disfrazado de revolucionario, trató de infiltrarse en México. Era el enlace con la policía secreta de aquel país, órgano muy represivo al que asesoró en el interrogatorio de Cándido González, a quien pusieron en ese momento una venda en los ojos. Era uno de los pocos compañeros que conducía el carro en que yo me movía allí, militante heroico asesinado después del desembarco. Evaristo volvió después a Cuba. Tenía el encargo de asesinarme cuando nuestras fuerzas avanzaban ya hacia Santiago de Cuba, Holguín, Las Villas y el Occidente de nuestro país. Esto se conoció en detalles cuando se ocuparon los archivos del Servicio de Inteligencia Militar. Está documentado. He sobrevivido a numerosos planes de asesinato. Sólo el azar y el hábito de observar cuidadosamente cada detalle nos permitieron sobrevivir a los ardides de Eutimio Guerra en los días iniciales y más dramáticos de la Sierra Maestra, a todos los que después fueron conocidos como jefes de la Revolución triunfante: Camilo, el Che, Raúl, Almeida, Guillermo. Habríamos muerto posiblemente cuando estuvieron a punto de exterminarnos con un ridículo cerco de nuestro desprevenido campamento, guiados por el traidor. En el breve choque que se produjo, tuvimos una dolorosa baja, la de un obrero azucarero negro maravilloso y activo combatiente, Julio Zenón Acosta, quien se adelantó unos pasos y cayó a mi lado. Otros sobrevivieron al mortal peligro y cayeron combatiendo posteriormente, como Ciro Frías, excelente compañero y prometedor jefe, en Imías, en el Segundo Frente; Ciro Redondo, que combatía fieramente al enemigo con fuerzas de la columna del Che, en Marverde, y Julito Díaz que, disparando sin cesar su ametralladora calibre 30, murió a pocos pasos de nuestro puesto de mando en el ataque a El Uvero. Estábamos emboscados en un lugar bien escogido, esperando al enemigo, porque nos habíamos percatado del movimiento que iba a realizar ese día. Nuestra atención se descuida solo unos minutos cuando llegaron dos hombres del grupo, que habíamos enviado como exploradores horas antes de tomar la decisión de movernos, y regresaron sin información alguna. Eutimio guiaba al enemigo con guayabera blanca, lo único que se veía en el bosque del Alto de Espinosa, donde lo estábamos esperando. Batista tenía elaborada la noticia de la liquidación del grupo, que era segura, y citada la prensa. Por exceso de confianza, habíamos subestimado en realidad al enemigo, que se sustentaba en las debilidades humanas. Éramos en ese momento alrededor de 22 hombres bien curtidos y escogidos. Ramiro, lesionado en una pierna, se recuperaba lejos de nosotros. De gran golpe, por el movimiento que realizamos a última hora, se libró ese día la columna de más de 300 soldados que avanzaban en fila india por el escarpado y boscoso escenario. ¿Cómo funcionó aquella máquina frente a la Revolución en Cuba? En fecha tan temprana como el mes de abril de 1959 visité Estados Unidos invitado por el Club de Prensa de Washington. Nixon se dignó recibirme en su oficina particular. Después afirma que yo era un ignorante en materia de economía. Tan consciente estaba yo de esa ignorancia, que matriculé tres carreras universitarias para obtener una beca que me permitiera estudiar Economía en Harvard. Tenía vencidas ya y examinadas todas las asignaturas de la carrera de Derecho, Derecho Diplomático y Ciencias Sociales. Me faltaban sólo dos asignaturas por examinar: Historia de las Doctrinas Sociales e Historia de las Doctrinas Políticas. Las había estudiado cuidadosamente. Ese año ningún otro alumno hizo el esfuerzo. Estaba desbrozado el camino, pero los acontecimientos se precipitaban en Cuba y comprendí que no era el momento de recibir una beca y estudiar Economía. Fui a Harvard de visita a fines de 1948. De regreso a Nueva York, adquirí una edición de El Capital en inglés, para estudiar la obra insigne de Marx y de paso profundizar en el dominio de ese idioma. No era un militante clandestino del Partido Comunista, como Nixon con su mirada pícara y escudriñadora llegó a pensar. Si algo puedo asegurar, y lo descubrí en la Universidad, es que fui primero comunista utópico y después un socialista radical, en virtud de mis propios análisis y estudios, y dispuesto a luchar con estrategia y táctica adecuadas. Mi único reparo al hablar con Nixon era la repugnancia a explicar con franqueza mi pensamiento a un vicepresidente y probable futuro Presidente de Estados Unidos, experto en concepciones económicas y métodos imperiales de gobierno en los que hacía rato yo no creía. ¿Cuál fue la esencia de aquella reunión que duró horas, según cuenta el autor del memorando desclasificado que la refiere? Sólo dispongo del recuerdo de lo ocurrido. De ese memorando he seleccionado los párrafos que mejor explican a mi juicio las ideas de Nixon. “Castro estaba particularmente preocupado acerca de si pudiera haber irritado al senador Smathers por los comentarios que hizo respecto a él. Al principio de la conversación le aseguré que ´Meet the Press´ era uno de los programas más difíciles en que un funcionario público podría participar y que él lo había hecho extremadamente bien —en particular teniendo en cuenta el hecho de que tuvo la valentía de hablar en inglés sin utilizar un traductor.” “También era evidente que en lo concerniente a su visita a Estados Unidos, su interés fundamental ´no era lograr un cambio en la cuota azucarera ni obtener un préstamo del gobierno, sino ganar el apoyo de la opinión pública estadounidense para su política.´ “Fue su casi subordinación esclava a la opinión mayoritaria prevaleciente —a saber, la voz de la plebe— más que su ingenua actitud hacia el comunismo y su obvia falta de comprensión de los más elementales principios económicos, lo que más me preocupó al evaluar qué clase de líder sería a la larga. Esa es la razón por la que pasé todo el tiempo que pude tratando de insistir en que si bien él tenía el gran don del liderazgo, la responsabilidad del líder era no seguir siempre la opinión pública, sino ayudar a encaminarla por la vía correcta, no dar al pueblo lo que piensa que quiere en un momento de tensión emocional, sino lograr que el pueblo quiera lo que debe tener.” “Cuando me tocó hablar, traté de insistir en el hecho de que aunque nosotros creemos en el gobierno de la mayoría, incluso la mayoría puede ser tiránica y que hay ciertos derechos individuales que la mayoría nunca debería tener el poder de destruir. “Francamente no creo haber causado mucho efecto en él, pero sí me escuchó y parecía receptivo. Traté de presentarle la idea básicamente en términos de cómo su lugar en la historia estaría determinado por la valentía y la habilidad de estadista que demostrara en estos momentos. Insistí en que lo más fácil sería seguir a la plebe, pero que hacer lo correcto a la larga sería mejor para el pueblo y, por supuesto, mejor para él también. Como ya dije, fue increíblemente ingenuo con respecto a la amenaza comunista y parecía no tener ningún temor de que a la larga los comunistas pudieran llegar al poder en Cuba.” “En nuestras conversaciones sobre el comunismo, nuevamente traté de presentarle los argumentos a la luz de su interés propio y señalar que la revolución que él había dirigido, podría volverse en su contra y contra el pueblo cubano a menos que mantuviera el control de la situación y se asegurara de que los comunistas no alcanzaran las posiciones de poder e influencia. En ese sentido, no creo haber logrado mucho.” “Insistí lo más posible en la necesidad de que delegara responsabilidades, pero una vez más no creo que me haya hecho entender. “Era evidente que mientras hablaba de cuestiones como la libertad de palabra, de prensa y religión, su preocupación fundamental era desarrollar programas para el progreso económico. Repitió una y otra vez que un hombre que trabajaba en los cañaverales durante tres meses al año y pasaba hambre el resto del año, quería un trabajo, algo que comer, una casa y alguna ropa.” “Indicó que era una gran tontería que Estados Unidos entregase armas a Cuba o a cualquier otro país del Caribe. Agregó: ´todo el mundo sabe que nuestros países no van a poder participar en la defensa de este hemisferio en caso de que estalle una guerra mundial. Las armas que obtienen los gobiernos en este hemisferio sólo se utilizan para reprimir al pueblo, tal y como hizo Batista para tratar de acabar con la revolución. Sería mucho mejor que el dinero que ustedes entregan a los países de América Latina para armas se destinase a inversiones de capital.´ Debo reconocer que en esencia apenas encontré en sus argumentos motivos para discrepar. “Sostuvimos una larga conversación sobre las vías que Cuba podría utilizar para obtener el capital de inversión necesario para su desarrollo económico. Insistió en que básicamente lo que Cuba necesitaba y él quería no era capital privado, sino capital del gobierno.” Yo me refería a capital del gobierno de Cuba. El propio Nixon reconoce que nunca solicité recursos al gobierno de Estados Unidos. Él se confunde un poco y afirma: “...que el capital del gobierno estaba limitado debido a las muchas demandas y a los problemas presupuestarios que estábamos confrontando.” Es evidente que se lo expliqué porque de inmediato señala en su memorando: “...que todos los países de América y del mundo pugnaban por obtener capital y que el dinero no iría a parar a un país sobre el que hubiera considerables temores de que se adoptaran políticas que discriminarían a las empresas privadas.” “De nuevo, en este punto, tampoco creo haber logrado gran cosa. “Con mucho tacto traté de insinuarle a Castro que Muñoz Marín había hecho un magnífico trabajo en Puerto Rico en lo que respecta a atraer capital privado y en general a elevar el nivel de vida de su pueblo, y que Castro muy bien podría enviar a Puerto Rico a uno de sus principales asesores económicos para que conversara con Muñoz Marín. Esta sugerencia no lo entusiasmó mucho y señaló que el pueblo cubano era ´muy nacionalista´ y sospecharía de cualquier programa iniciado en un país considerado como una ´colonia´ de los Estados Unidos.” “Me inclino a pensar que la verdadera razón de su actitud es simplemente que no estaba de acuerdo con la firme posición de Muñoz como defensor de la empresa privada y no quería consejos que pudieran desviarlo de su objetivo de encaminar a Cuba hacia una economía más socialista.” “En los Estados Unidos no debería hablarse tanto sobre sus temores de lo que podrían hacer los comunistas en Cuba o en algún otro país de América Latina, Asia o África.” “También traté de situar en contexto nuestra actitud hacia el comunismo al señalar que el comunismo era algo más que simplemente un concepto y que sus agentes eran peligrosamente eficaces para tomar el poder y establecer dictaduras.” “Cabe destacar que no hizo ninguna pregunta sobre la cuota azucarera y ni siquiera mencionó específicamente la ayuda económica.” “Mi valoración de él como hombre es de cierta forma ambivalente. De lo que sí podemos estar seguros es de que posee esas cualidades indefinibles que lo hacen ser líder de los hombres. Independientemente de lo que pensemos sobre él, será un gran factor en el desarrollo de Cuba y muy posiblemente en los asuntos de América Latina en general. Parece ser sincero, pero o bien es increíblemente ingenuo acerca del comunismo o está bajo la tutela comunista.” “Pero como tiene el poder de liderazgo al que me he referido, lo único que pudiéramos hacer es al menos tratar de orientarlo hacia el rumbo correcto.” Así finaliza su memorando confidencial a la Casa Blanca. Cuando Nixon comenzaba a hablar, no había quién lo parara. Tenía el hábito de sermonear a los mandatarios latinoamericanos. No llevaba apuntes de lo que pensaba decir, ni tomaba nota de lo que decía. Respondía preguntas que no se le hacían. Incluía temas a partir solo de las opiniones previas que tenía sobre el interlocutor. Ni un alumno de enseñanza primaria espera recibir tantas clases juntas sobre democracia, anticomunismo y demás materias en el arte de gobernar. Era fanático del capitalismo desarrollado y su dominio del mundo por derecho natural. Idealizaba el sistema. No concebía otra cosa, ni existía la más mínima posibilidad de comunicarse con él. La matanza comenzó con la administración de Eisenhower y Nixon. No hay forma de explicar por qué Kissinger exclamó textualmente que “correría la sangre si se supiera por ejemplo que Robert Kennedy, Fiscal General, había dirigido personalmente el asesinato de Fidel Castro”. La sangre había corrido antes. Lo que hicieron las demás administraciones, salvo excepciones, fue seguir la misma política. En un memorando fechado el 11 de diciembre de 1959, el jefe de la División del Hemisferio Occidental de la CIA J. C. King dice textualmente: “Analizar minuciosamente la posibilidad de eliminar a Fidel Castro [...] Muchas personas bien informadas consideran que la desaparición de Fidel aceleraría grandemente la caída del gobierno...” Como fue reconocido por la CIA y el Comité Senatorial Church en 1975, los planes de asesinato surgieron en 1960, cuando el propósito de destruir la Revolución cubana quedó plasmado en el programa presidencial de marzo de ese año. El memorando elaborado por J. C. King fue elevado al Director General de la Agencia, Allen Dulles, con una nota que solicitaba expresamente la aprobación de esas y otras medidas. Todas fueron aceptadas y vistas con agrado, y de modo especial la de asesinato, como se refleja en la siguiente anotación al documento, firmada por Allen Dulles y fechada un día después, el 12 de diciembre: “Se aprueba la recomendación contenida en el párrafo 3.” En un proyecto de libro con análisis detallado de los documentos desclasificados, elaborado por Pedro Álvarez-Tabío, Director de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, se informa que “hasta 1993 los órganos de la Seguridad del Estado cubano habían descubierto y neutralizado un total de 627 conspiraciones contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro. Esta cifra incluye tanto los planes que llegaron a alguna fase de ejecución concreta como aquellos que fueron neutralizados en una etapa primaria, así como otros intentos que por distintas vías y razones han sido revelados públicamente en los propios Estados Unidos. No incluye una cantidad de casos que no pudieron ser verificados por disponerse solamente de información testimonial de algunos participantes, ni por supuesto, los planes posteriores a 1993.” Anteriormente se pudo conocer, por el informe del coronel Jack Hawkins, jefe paramilitar de la CIA durante los preparativos de la invasión por Bahía de Cochinos, que “el Estado Mayor paramilitar estudió la posibilidad de organizar una fuerza de asalto de mayor envergadura que la pequeña fuerza de contingencia planificada anteriormente”. “Se pensó que esta fuerza desembarcaría en Cuba luego de desarrollarse una efectiva actividad de resistencia, incluidas fuerzas de guerrillas activas. Cabe señalar que durante este período las fuerzas guerrilleras operaban exitosamente en el Escambray. Se concibió que el desembarco de la fuerza de asalto, tras lograrse una actividad de resistencia generalizada, precipitaría un levantamiento general y proliferarían las deserciones entre las fuerzas armadas de Castro lo que podría contribuir considerablemente a su derrocamiento. “El concepto para el empleo de la fuerza en un asalto anfibio/aerotransportado se analizó en reuniones del Grupo Especial durante los meses de noviembre y diciembre de 1960. Si bien el grupo no adoptó una decisión definitiva sobre el empleo de dicha fuerza tampoco se opuso a que continuara desarrollándose para su posible uso. El presidente Eisenhower fue informado sobre esta idea a finales de noviembre de ese año por representantes de la CIA. El Presidente manifestó su deseo de que se continuaran enérgicamente todas las actividades que ya estaban desarrollando los departamentos pertinentes.” ¿Qué informó Hawkins sobre “los resultados del programa de operaciones encubiertas contra Cuba desde septiembre de 1960 hasta abril de 1961”? Nada menos que lo siguiente: “a. Introducción de los Agentes Paramilitares. Setenta agentes paramilitares entrenados, incluidos diecinueve operadores de radio, fueron introducidos en el país objetivo. Diecisiete radio operadores lograron establecer circuitos de comunicación con las oficinas centrales de la CIA, aunque algunos fueron capturados más tarde o perdieron sus equipos. “b. Operaciones de Abastecimiento Aéreo. Estas operaciones no tuvieron éxito. De las 27 misiones que se intentaron sólo cuatro lograron los resultados deseados. Los pilotos cubanos demostraron pronto que no tenían las capacidades requeridas para este tipo de operación. El Grupo Especial negó la autorización para contratar pilotos estadounidenses para estas misiones, aunque se autorizó la contratación de pilotos para un uso eventual. “c. Operaciones de Abastecimiento Marítimo. Estas operaciones lograron un éxito considerable. Las embarcaciones que prestaban servicio de Miami a Cuba entregaron más de 40 toneladas de armas, explosivos y equipos militares, e infiltraron y exfiltraron a un gran número de efectivos. Algunas de las armas entregadas se utilizaron para apertrechar parcialmente a 400 guerrilleros que operaron durante un tiempo considerable en el Escambray, provincia de Las Villas. La mayoría de los sabotajes perpetrados en La Habana y otros lugares se realizaron con materiales suministrados de esta manera. “d. Desarrollo de la Actividad Guerrillera. Los agentes infiltrados en Cuba lograron desarrollar una amplia organización clandestina que se extendía desde La Habana hasta el resto de las provincias. Sin embargo, sólo en el Escambray hubo una actividad guerrillera verdaderamente efectiva, donde se estima que entre 600 y 1 000 efectivos guerrilleros mal equipados, organizados en bandas de 50 a 200 hombres, operaron exitosamente durante más de seis meses. Un coordinador para la acción en el Escambray entrenado por la CIA entró a Cuba clandestinamente y logró llegar a la zona en que se encontraba la guerrilla, pero enseguida fue capturado y ejecutado rápidamente. Otras pequeñas unidades guerrilleras operaban en ocasiones en las provincias de Pinar del Río y Oriente, pero no lograron resultados significativos. Los agentes reportaron que había gran cantidad de hombres desarmados en todas las provincias dispuestos a participar en la actividad guerrillera si contaban con armas.” “e. Sabotaje. (1) Durante el período de octubre de 1960 al 15 de abril de 1961 la actividad de sabotaje se comportó de la siguiente manera: “(a). Se destruyeron aproximadamente 300 000 toneladas de caña de azúcar en 800 incendios. “(b). Se provocaron aproximadamente 150 incendios más, entre otros, contra 42 casas de tabaco, dos plantas de papel, una refinería de azúcar, dos lecherías, cuatro almacenes y 21 casas de comunistas. “(c). Se perpetraron alrededor de 110 atentados dinamiteros contra oficinas del Partido Comunista, la planta eléctrica de La Habana, dos almacenes, la terminal de ferrocarriles, la terminal de ómnibus, albergues de las milicias y líneas de ferrocarriles, entre otros. “(d). Se colocaron unos 200 petardos en la provincia de La Habana. “(e). Se descarrilaron seis trenes, se destruyeron una estación y los cables de microonda y numerosos transformadores de electricidad. “(f). Un comando lanzó un ataque sorpresivo desde el mar contra Santiago, que dejó fuera de servicio la refinería alrededor de una semana.” Hasta aquí lo que se conoce gracias a la información de Hawkins. Cualquiera puede comprender que doscientas bombas en la provincia principal de un país subdesarrollado que vivía del monocultivo de la caña, trabajo semiesclavo, y de la cuota azucarera, ganada durante casi dos siglos como abastecedor seguro, y cuyas tierras y fábricas de azúcar de mayor capacidad de producción eran propiedad de grandes empresas norteamericanas, constituía un acto brutal de tiranía contra el pueblo cubano. Súmese a esto las demás acciones realizadas. No digo más. Por hoy basta. Fidel Castro Ruz 7 de julio del 2007 3:00 p.m. Tomado de Juventud Rebelde

martes, 3 de julio de 2007

REFLEXIONES DEL PRESIDENTE FIDEL CASTRO

La máquina de matar
Buen día el domingo para leer lo que pareciera ciencia ficción.
Se anunció que la CIA desclasificaría cientos de páginas sobre acciones ilegales que incluían planes para eliminar a líderes de gobiernos extranjeros. De repente se detiene la publicación y se retrasa un día. No ofrecieron una explicación coherente. Alguien quizás de la Casa Blanca le pasó la vista al material.
El primer paquete de documentos desclasificados se conoce como “Las Joyas de la Familia”; consta de 702 páginas sobre acciones ilegales de la CIA entre 1959 y 1973. A esa parte le suprimieron alrededor de 100 páginas. Se trata de acciones no autorizadas por ley alguna, complots con el propósito de asesinar a otros dirigentes, experimentos con drogas en seres humanos para el control de sus mentes, espionaje a luchadores civiles y periodistas, entre otras actividades por el estilo prohibidas expresamente.
Los documentos comenzaron a recopilarse 14 años después de los primeros hechos, cuando el entonces director de la CIA, James Schlessinger, se alarmó por lo que la prensa escribía, sobre todo los artículos de Robert Woodward y Carl Bernstein publicados en el Washington Post, ya mencionados en el “Manifiesto al Pueblo de Cuba”. Se acusaba a la agencia de ser promotora del espionaje en el hotel Watergate con la participación de sus antiguos agentes Howard Hunt y James McCord.
En mayo de 1973 el Director de la CIA exigía que “todos los oficiales operativos principales de esta agencia deben informarme inmediatamente sobre cualquier actividad que esté ocurriendo, o haya ocurrido en el pasado, que pudiera estar fuera de la carta constitutiva de esta agencia”. Schlessinger, designado después Jefe del Pentágono, había sido sustituido por William Colby. Este se refería a los documentos como “esqueletos escondidos en un closet”. Nuevas revelaciones de prensa obligaron a Colby a admitir la existencia de los informes al Presidente interino Gerald Ford en 1975. The New York Times denunciaba la infiltración de la agencia en los grupos antiguerra. La ley que creó la CIA le prohibía el espionaje dentro de Estados Unidos.
Aquello “fue solo la punta del iceberg”, exclamó el Secretario de Estado en aquella fecha, Henry Kissinger.
El propio Kissinger advirtió que “correría sangre” si se divulgaban otras acciones, y añadió de inmediato: “Por ejemplo, que Robert Kennedy controló personalmente la operación para el asesinato de Fidel Castro”. El hermano del Presidente era entonces Fiscal General de Estados Unidos. Muere después, asesinado, cuando aspiraba a la Presidencia en las elecciones de 1968 en las que, al faltar tan fuerte candidato, se facilitó la elección de Nixon. Lo más dramático del caso es que al parecer había llegado a la convicción de que John Kennedy fue víctima de una conspiración. Exigentes investigadores, después de analizar las perforaciones, los calibres de los disparos y demás circunstancias que le causaron la muerte al Presidente, arribaron a la conclusión de que por lo menos fueron tres las personas que dispararon. El solitario Oswald, usado como instrumento, no pudo ser el único tirador. Eso llamó mucho la atención al que esto escribe. Excúsenme que les cuente que el azar me convirtió en instructor de tiro con mira telescópica de todos los expedicionarios del Granma. Pasé meses practicando y enseñando todos los días; el blanco se pierde con cada disparo aunque se mantenga estático y hay que buscarlo de nuevo en fracciones de segundo.
Oswald quiso pasar por Cuba en viaje a la URSS. Ya había estado allá. Alguien lo envió a pedir visa en la embajada de nuestro país en México. Nadie lo conocía ni lo autorizó. Se nos quería comprometer en la conspiración. Después Jack Ruby, de grosera historia mafiosa, no pudiendo soportar, según declaró, tanto dolor y tristeza, lo asesina nada menos que en una estación llena de policías.
Con posterioridad, en actividades internacionales o en visitas a Cuba, más de una vez me encontré con los adoloridos familiares de Kennedy, que me saludaban con respeto. Un hijo del ex presidente, que cuando asesinaron a su padre era un niño muy pequeño, visitó Cuba 34 años después, se reunió conmigo y lo invité a cenar.
El joven, en la plenitud de su vida y bien educado, murió trágicamente en un accidente aéreo cuando volaba con su esposa en noche tempestuosa a la isla de Martha’s Vineyard. Nunca abordé con alguno de aquellos familiares el espinoso tema. Señalé en cambio que, si entonces en vez de Kennedy hubiese sido Nixon el Presidente electo de Estados Unidos, tras el fracaso de Girón habríamos sido atacados por las fuerzas aeronavales que escoltaron la expedición mercenaria, a un costo ulterior enorme de vidas para ambos pueblos. Nixon no se habría limitado a decir que la victoria tenía muchos padres y la derrota era huérfana. Consta que a Kennedy nunca le entusiasmó la aventura de Girón, adonde lo condujo la fama militar de Eisenhower y la irresponsabilidad de su ambicioso vicepresidente.
Recuerdo que, precisamente el día y el minuto en que lo asesinan, conversaba yo en un lugar tranquilo fuera de la capital con el periodista francés Jean Daniel. Este anunció que traía un mensaje del Presidente Kennedy. Me contó que le dijo en esencia: “Vas a ver a Castro. Quisiera saber qué piensa él acerca del terrible peligro que vivimos, de vernos envueltos en una guerra termonuclear. Quiero verte de nuevo tan pronto regreses.” “Kennedy era muy activo, parecía una máquina de hacer política”, me añadió, y no pudimos seguir hablando, cuando alguien llegó rápido y nos trajo la noticia de lo ocurrido. Nos pusimos a escuchar la radio. Era ya inútil lo que pensaba Kennedy.
Claro que yo viví ese peligro. Cuba era la parte más débil y también la que recibiría los primeros golpes, pero no estábamos de acuerdo con las concesiones que se hicieron a Estados Unidos. Ya he hablado de eso en otro momento.
Kennedy había emergido de la crisis con más autoridad. Llegó a reconocer los enormes sacrificios en vidas humanas y riquezas materiales del pueblo soviético en la lucha contra el fascismo. Lo peor de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba no había ocurrido todavía en abril de 1961. Cuando no se resignó al desenlace de Girón, vino la Crisis de Octubre. El bloqueo, la asfixia económica, los ataques piratas y los atentados se multiplicaron. Pero los planes de asesinato y otros hechos sangrientos comenzaron bajo la administración de Eisenhower y Nixon.
No nos habríamos negado después de la Crisis de Octubre a conversar con Kennedy, ni habríamos dejado de ser revolucionarios y radicales en nuestra lucha por el socialismo. Cuba no habría roto nunca sus relaciones con la URSS, como se nos exigía. Tal vez una verdadera conciencia de los gobernantes norteamericanos sobre lo que significa una contienda bélica con armas de exterminio masivo habría puesto fin antes y de otra forma a la guerra fría. Al menos podíamos pensar así entonces, cuando no se hablaba del calentamiento del planeta, los desequilibrios rotos, el colosal gasto de hidrocarburos y las sofisticadas armas que la tecnología ha creado, como ya les dije a los jóvenes cubanos. Habríamos dispuesto de mucho más tiempo para alcanzar a través de la ciencia y la conciencia lo que hoy estamos obligados a realizar con toda premura.
Ford decidió nombrar una Comisión para investigar a la Agencia Central de Inteligencia. “No queremos destruir sino preservar la CIA”, dijo.
Como consecuencia de las investigaciones de la Comisión dirigida por el senador Frank Church, el presidente Ford aprobó la orden ejecutiva por la que prohibió expresamente la participación de funcionarios norteamericanos en el asesinato de líderes extranjeros.
Los documentos publicados ahora recogen elementos sobre la vinculación CIA‑mafia para asesinarme.
También se revelan detalles sobre la operación Caos, desarrollada desde 1969 durante al menos siete años, para la cual la CIA creó un escuadrón especial con la misión de infiltrarse en grupos pacifistas e investigar “las actividades internacionales de radicales y militantes negros”. La Agencia compiló más de 300.000 nombres de ciudadanos y organizaciones norteamericanas y extensos archivos de 7.200 personas.
Según The New York Times, el presidente Johnson estaba convencido de que el movimiento norteamericano antiguerra estaba controlado y financiado por gobiernos comunistas, y le ordenó a la CIA producir evidencias.
Los documentos reconocen además que la CIA espió a varios periodistas como Jack Anderson, artistas como Jane Fonda y John Lennon, y los movimientos estudiantiles de la Universidad de Columbia. También registró hogares y realizó ensayos con ciudadanos estadounidenses para probar la reacción del ser humano a determinadas drogas.
El año 1973, en memorando dirigido a Colby, Walter Elder, quien había sido asistente ejecutivo de John McCone, el director de la CIA a principios de los años sesenta, informa de discusiones dentro de las oficinas del jefe de la CIA que fueron grabadas y transcritas: “Sé que cualquiera que haya trabajado en las oficinas del director estaba preocupado por el hecho de que estas conversaciones en las oficinas y por teléfono eran transcritas. Durante los años de McCone, había micrófonos en sus oficinas regulares, la interna, el comedor, la oficina en el edificio del Este, y su estudio en la casa, en la calle White Haven. No sé si alguien estaría dispuesto a hablar de eso, pero la información tiende a infiltrarse, y la Agencia de seguro que es vulnerable en este caso”.
Las transcripciones secretas de los directores de la CIA podrían contener gran cantidad de “joyas”. Ya los Archivos de Seguridad Nacional están solicitando estas transcripciones.
Un memo aclara que la CIA tenía un proyecto denominado OFTEN que recolectaba “información sobre drogas peligrosas de firmas norteamericanas”, hasta que el programa fuera terminado en el otoño de 1972. En otro memo hay informes de que productores de drogas comerciales le “habían pasado” a la CIA drogas “rechazadas debido a malos efectos secundarios”.
Como parte del programa MKULTRA, la CIA le había introducido LSD y otras drogas psico-activas a personas sin que estas lo supieran. De acuerdo con otro documento en el archivo, Sydney Gottlieb, psiquiatra y químico jefe del Programa de Control de Cerebro de la Agencia, es supuestamente el responsable de haber propiciado el veneno que se iba a utilizar en un intento de asesinato contra Patricio Lumumba.
Empleados de la CIA asignados a MHCHAOS ―la operación que llevó a cabo la vigilancia contra los opositores norteamericanos a la guerra en Viet Nam y otros disidentes políticos― expresaron “un alto grado de resentimiento” por recibir la encomienda de llevar a cabo tales misiones.
No obstante, hay una serie de asuntos interesantes que revelan estos documentos, como es el alto nivel al que se tomaban las decisiones de las acciones contra nuestro país.
La técnica usada ahora por la CIA para no ofrecer detalles no son las desagradables tachaduras sino los espacios en blanco, a partir del uso de la computación.
Para The New York Times, las largas secciones censuradas muestran que la CIA aún no puede exponer todos los esqueletos de sus closets, y muchas actividades desarrolladas en operaciones en el exterior, revisadas años atrás por periodistas, investigadores congresionales y una comisión presidencial, no están detalladas en los documentos.
Howard Osborn, el entonces Director de Seguridad de la CIA, hace un resumen de las “joyas” compiladas por su oficina. Enumera ocho casos ―incluyendo el reclutamiento del gángster Johnny Roselli para el golpe contra Fidel Castro―, pero tacharon el documento que está en el número 1 de la lista inicial de Osborn: dos páginas y media.
“La joya número 1 de las Oficinas de Seguridad de la CIA debe ser muy buena, sobre todo cuando la segunda es la lista del programa de asesinato de Castro por Roselli,” dijo Thomas Blanton, director de los Archivos de Seguridad Nacional, que solicitó la desclasificación de “Las joyas de la familia” hace 15 años bajo el Acta de Libertad de Información.
Es notorio que la Administración que menos información ha desclasificado en la historia de Estados Unidos, y que incluso inició un proceso de reclasificación de información previamente desclasificada, tome la decisión de hacer ahora estas revelaciones.
Considero que tal acción puede significar el intento de dar una imagen de transparencia en los peores momentos de aceptación y popularidad del gobierno, y al mismo tiempo dar a entender que estos métodos pertenecen a otra época y ya no se usan. El general Hayden, actual Director de la CIA, al anunciar la decisión, declaró: “Los documentos ofrecen un vistazo hacia tiempos muy distintos y a una Agencia muy diferente.”
De más está agregar que todo lo que aquí se describe se sigue haciendo, sólo que de manera más brutal y alrededor de todo el planeta, incluyendo el número creciente de acciones ilegales dentro de los propios Estados Unidos.
The New York Times dijo que expertos de inteligencia consultados expresaron que la revelación de los documentos es un intento de distraer la atención sobre las recientes controversias y escándalos que rodean a la CIA y a una administración que está viviendo los peores momentos de su impopularidad.
La desclasificación también puede apuntar a mostrar, en los preámbulos del proceso electoral, que las administraciones demócratas fueron iguales o peores que la de Bush.
En las páginas que van de la 11 a la 15 del Memorando para el Director la Agencia Central de Inteligencia, se lee:
“En agosto de 1960, el Sr. Richard M. Bissell se acercó al Coronel Sheffield Edwards con el objetivo de determinar si la Oficina de Seguridad tenía agentes que pudieran ayudar en una misión confidencial que requería una acción al estilo gangsteril. El blanco de la misión era Fidel Castro.
“Dada la extrema confidencialidad de la misión, sólo se dio a conocer el proyecto a un pequeño grupo de personas. Se informó del proyecto al Director de la Agencia Central de Inteligencia y este dio su aprobación. El Coronel J. C. King, Jefe de la División del Hemisferio Occidental, también fue informado, pero se ocultó deliberadamente todos los detalles a todos los oficiales de la operación JMWAVE. Aunque algunos oficiales de Comunicaciones (Commo) y de la División de Servicios Técnicos (TSD) participaron en las fases iniciales de planificación, no sabían cuál era el propósito de la misión.
“Robert A. Maheu fue contactado, se le informó en términos generales acerca del proyecto, y se le pidió que valorara si podría lograr acceso a los elementos gangsteriles como primer paso para lograr la meta deseada.
“El Sr. Maheu informó que se había encontrado con un tal Johnny Roselli en varias ocasiones mientras se encontraba de visita en Las Vegas. Solamente lo conocía de manera informal por conducto de clientes, pero se le había dado a entender que era un miembro de alta jerarquía del ‘sindicato’ y que controlaba todas las máquinas de hacer hielo en La Franja. A juicio de Maheu, si Roselli era en efecto un miembro del clan, indudablemente tenía conexiones que lo llevarían al negocio de los juegos en Cuba
“Se le pidió a Maheu que se acercara a Roselli, quien sabía que Maheu era un ejecutivo de relaciones personales que atendía las cuentas nacionales y extranjeras, y le dijera que recientemente lo había contratado un cliente que representaba a varias firmas internacionales de negocios que estaban sufriendo enormes pérdidas financieras en Cuba como resultado de la acción de Castro. Estaban convencidos de que la eliminación de Castro era la solución a su problema y que estaban dispuestos a pagar 150.000 dólares para lograrlo exitosamente. Debía dejarse claro a Roselli que el Gobierno de los Estados Unidos no conocía, ni debía conocer, esta operación.
“Esto se le planteó a Roselli el 14 de septiembre de 1960 en el Hilton Plaza Hotel de la Ciudad de Nueva York. Su reacción inicial fue evitar verse involucrado pero, con la labor de persuasión de Maheu, accedió a presentárselo a un amigo, Sam Gold, quien conocía a la ‘gente cubana’. Roselli dejó claro que no quería ningún dinero por su parte en esto, y creía que Sam haría lo mismo. A ninguna de estas personas jamás se les pagó con fondos de la Agencia.
“Durante la semana del 25 de septiembre, Maheu fue presentado a Sam, quien se encontraba alojado en el Fontainebleau Hotel de Miami Beach. No fue hasta varias semanas después de su encuentro con Sam y Joe ―quien le fue presentado como correo que operaba entre la Habana y Miami― que vio fotografías de estas dos personas en el suplemento dominical de Parade. Se les identificaba como Momo Salvatore Giancana y Santos Trafficante, respectivamente. Ambos figuraban en la lista del Fiscal General de los diez hombres más buscados. El primero estaba descrito como el cacique de la Cosa Nostra en Chicago y sucesor de Al Capone, y el otro, como el jefe de las operaciones cubanas de la Cosa Nostra. Maheu llamó inmediatamente a esta oficina tras conocer esta información.
“Al analizar los posibles métodos para cumplir esta misión, Sam sugirió que ellos no recurrieran a armas de fuego sino que, si a él se le pudiese facilitar algún tipo de píldora potente, que pudiera echarse en la comida o la bebida de Castro, sería una operación mucho más efectiva. Sam indicó que él tenía un posible candidato en la persona de Juan Orta, funcionario cubano que había estado recibiendo pagos como soborno de los negocios del juego, y quien aún tenía acceso a Castro y estaba en un aprieto financiero.
“A la TSD (División de Servicios Técnicos) se le solicitó que produjera 6 píldoras con un alto contenido letal.
“Joe le entregó las píldoras a Orta. Después de varias semanas de intentos, Orta al parecer se acobardó y pidió lo sacaran de la misión. Él sugirió a otro candidato que realizó varios intentos sin éxito.”
Todo lo dicho en los numerosos párrafos anteriores está entre comillas. Observen bien los lectores qué métodos estaba aplicando ya Estados Unidos para gobernar al mundo.
Recuerdo que durante los primeros años de la Revolución en las oficinas del Instituto Nacional de la Reforma Agraria trabajaba conmigo un hombre de apellido Orta, procedente de las fuerzas políticas antibatistianas. Se le veía respetuoso y serio. No puede ser otro. Pasaron los decenios, y por el informe de la CIA veo de nuevo ese nombre. No tengo a mano elementos de juicio para comprobar de inmediato qué fue de él. Pido excusas si ofendo involuntariamente a cualquier familiar o descendiente, tenga o no culpa la persona mencionada.
El imperio ha creado una verdadera máquina de matar constituida no sólo por la CIA y sus métodos. Bush ha instrumentado poderosas y costosas superestructuras de inteligencia y seguridad, y ha convertido a todas las fuerzas de aire, mar y tierra en instrumentos de poder mundial que llevan la guerra, la injusticia, el hambre y la muerte a cualquier parte del planeta, para educar a sus habitantes en el ejercicio de la democracia y la libertad. El pueblo norteamericano toma cada vez más conciencia de esta realidad.
“No es posible engañar a todo el pueblo todo el tiempo”, dijo Lincoln.
Fidel Castro Ruz
30 de junio del 2007
6:45 p.m.
Tomado del periodico Granma

lunes, 18 de junio de 2007

No tendrán jamás a Cuba

Reflexión y Manifiesto para el Pueblo de Cuba
Espero que nadie diga que arremeto gratuitamente contra Bush. Comprenderán sin dudas mis razones para criticar duramente su política.
Robert Woodward es un periodista y escritor norteamericano que se hizo famoso por la serie de artículos publicados en el Washington Post suscritos por él y Carl Bernstein, y que finalmente condujeron a la investigación y renuncia de Nixon. Es autor y coautor de diez best-sellers. Con su temible pluma se las arregla para arrancar confesiones del entrevistado. En su libro Estado de Negación, afirma que el 18 de junio del 2003, a tres meses de iniciada la guerra de Iraq, saliendo de su despacho en la Casa Blanca después de una importante reunión, Bush da unas palmaditas en el hombro de Jay Garner, y le dice:
—"Oye, Jay, ¿quieres hacer lo de Irán?
—"Señor, ya los chicos y yo hablamos sobre el tema y queremos esperar por Cuba. Pensamos que el ron y los tabacos son mejores. Las mujeres son más bellas."
Bush respondió: "Lo tendrás. Tendrás a Cuba."
A Bush lo traicionó el subconsciente. Era lo que pensaba desde que declaró lo que debían esperar decenas de oscuros rincones donde Cuba ocupa un lugar especial.
Garner, un general de tres estrellas recién retirado al que había nombrado Jefe de la Oficina de Planificación para la Posguerra en Iraq, creada por una Directiva Presidencial de Seguridad Nacional secreta, era considerado por Bush un hombre excepcional para llevar a cabo su estrategia bélica. Designado para el cargo el 20 de enero del 2003, fue sustituido el 11 de mayo de ese mismo año a instancias de Rumsfeld. No tuvo el valor de explicarle a Bush sus fuertes discrepancias sobre la estrategia seguida en Iraq. Pensaba en otra con idéntico propósito. En las últimas semanas miles de infantes de marina y un grupo de portaaviones norteamericanos, con sus fuerzas navales de apoyo, han estado maniobrando en el Golfo Pérsico a pocas millas del territorio iraní, en espera de órdenes.
Nuestro pueblo está a punto de cumplir 50 años de cruel bloqueo; miles de sus hijos han muerto o han sido mutilados como consecuencia de la guerra sucia contra Cuba, único país del mundo al que se aplica una Ley de Ajuste que premia la emigración ilegal, otra causa de muerte de ciudadanos cubanos, incluidos mujeres y niños; perdió hace más de 15 años sus principales mercados y fuentes de suministro de alimentos, energía, maquinarias, materias primas, financiamientos a largo plazo y bajo interés.
Primero cayó el campo socialista y casi de inmediato la URSS, desgajada pedazo a pedazo. El imperio arreció e internacionalizó el bloqueo; las proteínas y calorías, bastante bien distribuidas a pesar de nuestras deficiencias, se redujeron aproximadamente un 40 por ciento; vinieron enfermedades como la neuritis óptica y otras; la escasez de medicamentos, igualmente bloqueados, se generalizó: solo como obra caritativa podían entrar, para desmoralizarnos; estos, a su vez, se convertían en fuente de compraventa y negocios ilícitos.
Sobrevino inevitablemente el período especial, que fue la suma de todas las consecuencias de la agresión y las medidas desesperadas que nos obligó a tomar, potenciado el conjunto de acciones nocivas por el colosal aparato publicitario del imperio. Todos esperaban, unos con tristeza, otros con júbilo oligárquico, el derrumbe de la Revolución cubana.
Mucho daño hizo a la conciencia social el acceso a las divisas convertibles, en mayor o menor volumen, por las desigualdades y debilidades ideológicas que creó.
A lo largo de toda su vida la Revolución instruyó al pueblo, formó cientos de miles de maestros, médicos, científicos, intelectuales, artistas, informáticos y otros profesionales universitarios y posgraduados en decenas de carreras. Esa riqueza atesorada permitió reducir la mortalidad infantil a mínimos no imaginables en un país del Tercer Mundo y elevar las perspectivas de vida y el promedio de conocimiento de la población a niveles de noveno grado.
La Revolución Bolivariana de Venezuela, al ofrecer a Cuba petróleo con facilidades de pago cuando el precio de este subía vertiginosamente, significó un alivio importante y abrió nuevas posibilidades, ya que nuestro país comenzaba a producir su propia energía en cifras crecientes.
Desde años antes, el imperio, preocupado por sus intereses en ese país, ya tenía planeado liquidar aquella revolución, lo que intentó en abril del 2002 e intentará de nuevo cuantas veces pueda, para lo cual preparan su resistencia los revolucionarios bolivarianos.
Mientras tanto, Bush arreció sus planes de ocupar Cuba, al extremo de proclamar leyes y un gobierno interventor para instalar una administración imperial directa.
A partir de los privilegios concedidos a Estados Unidos en Bretton Woods y la estafa de Nixon al eliminar el patrón oro que ponía límite a la emisión de billetes, el imperio ha comprado y pagado con papeles decenas de millones de millones de dólares, cifras de más de doce guarismos. Con ello ha mantenido su insostenible economía. Gran parte de las reservas mundiales en divisas están constituidas por bonos de la Tesorería y billetes norteamericanos. Por ello, muchos no desean una crisis del dólar como la de 1929, que convertiría en agua esos papeles. El valor en oro de un dólar es hoy, por lo menos, dieciocho veces menor que el que tenía en los años de Nixon. Lo mismo ocurre con el valor de las reservas en esa moneda.
Esos papeles han sostenido su escaso valor actual sobre la base de que con ellos se pueden adquirir fabulosas cantidades de armas modernas, cada vez más caras, que nada producen. Estados Unidos exporta más armas que el resto del mundo. Con esos mismos papeles el imperio desarrolló los más sofisticados y mortíferos sistemas de armas de destrucción masiva, con las que sostiene su tiranía mundial.
Tal poder le permite imponer la idea de convertir los alimentos en combustibles y hacer trizas cualquier iniciativa y compromiso para evitar el calentamiento global, que se acelera visiblemente.
Hambre y sed, ciclones más violentos e invasiones del mar es lo que sufrirán tirios y troyanos, como frutos de la política imperial. El respiro para la humanidad, que ofreciera una esperanza a la supervivencia de la especie, está en un drástico ahorro de energía, de lo cual no se preocupa en absoluto la sociedad consumista de los países ricos.
Cuba continuará desarrollando y perfeccionando la capacidad combativa de su pueblo, incluida nuestra modesta pero activa y eficiente industria de armas defensivas, que multiplica la capacidad de enfrentar al invasor dondequiera que se encuentre, posea las armas que posea. Continuaremos adquiriendo el material necesario y las bocas de fuego pertinentes, aunque no creciera el famoso Producto Interno Bruto del capitalismo, que tantas cosas incluye, como el valor de las privatizaciones, las drogas, los servicios sexuales, la publicidad, y tantas excluye, como los servicios de educación y salud gratuitos para todos los ciudadanos.
De un año para otro el nivel de vida puede elevarse si se incrementan los conocimientos, la autoestima y la dignidad de un pueblo. Basta con que el despilfarro se reduzca y la economía crece. A pesar de todo, iremos creciendo lo necesario y lo posible.
"La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio", dijo Martí.
"Quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha", proclamó Maceo.
¡No somos los primeros revolucionarios en pensar así! ¡Y no seremos los últimos!
Un hombre puede ser comprado, nunca un pueblo.
Durante muchos años pude sobrevivir, por azar, a la máquina de matar del imperio. Pronto se cumplirá un año desde que me enfermé y, cuando estaba entre la vida y la muerte, expresé en la Proclama del 31 de julio del 2006: "No albergo la menor duda de que nuestro pueblo y nuestra Revolución lucharán hasta la última gota de sangre."
¡No lo dude usted tampoco, señor Bush!
¡Le aseguro que no tendrán jamás a Cuba!
Fidel Castro Ruz
17 de junio del 2007
2:03 p.m.

domingo, 17 de junio de 2007

Se reúnen Fidel y Daniel Ortega

El fraternal encuentro profundiza las relaciones bilaterales entre Nicaragua y Cuba. Agradece el Comandante en Jefe Fidel Castro las múltiples intervenciones del presidente nicaragüense denunciando al terrorista Posada Carriles y otras muchas muestras de solidaridad con la Isla
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz recibió esta tarde al compañero Daniel Ortega Saavedra, Presidente de la República de Nicaragua, quien se encuentra en nuestro país en una visita de trabajo.
En el fraternal encuentro entre los dos mandatarios, que se extendió por cuatro horas, se abordaron los resultados de la Operación Milagro, el programa de alfabetización «Yo sí puedo», que utiliza exitosamente el Frente Sandinista desde antes de su victoria electoral, la marcha de la Revolución Energética en Nicaragua, y otros temas de interés nacional o mundial como el cambio climático y los biocombustibles. Acompañó a Daniel su esposa Rosario Murillo, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de la Presidencia de la República.
La reunión entre los dos líderes fue un nuevo paso en la profundización de las relaciones bilaterales entre Nicaragua y Cuba. El compañero Fidel quedó muy satisfecho del encuentro con Daniel, a quien agradeció sus múltiples intervenciones denunciando al terrorista Posada Carriles y otras muchas muestras de solidaridad con Cuba.
En horas de la mañana, el Presidente Daniel Ortega había sido recibido por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Segundo Secretario del Partido, junto a otros dirigentes cubanos, con quienes abordó importantes asuntos relativos al desarrollo de los vínculos de colaboración entre ambos países.
Junto al Presidente de Nicaragua, participaron en esa ocasión su esposa, Rosario Murillo, y el Embajador de esa nación en Cuba, Luis Cabrera.